Existen muchas
explicaciones y definiciones de la agricultura orgánica, pero todas coinciden
en que se trata de un método que consiste en la gestión del ecosistema en vez
de en la utilización de insumos agrícolas.
Un sistema que comienza por tomar en
cuenta las posibles repercusiones ambientales y sociales eliminando la
utilización de insumos, como fertilizantes y plaguicidas sintéticos,
medicamentos veterinarios, semillas y especies modificadas genéticamente,
conservadores, aditivos e irradiación. En vez de todo esto se llevan a cabo
prácticas de gestión específicas para el sitio de que se trate, que mantienen e
incrementan la fertilidad del suelo a largo plazo y evitan la propagación de
plagas y enfermedades.
"La agricultura
orgánica es un sistema holístico de gestión de la producción que fomenta y
mejora la salud del agroecosistema, y en particular la biodiversidad, los
ciclos biológicos, y la actividad biológica del suelo. Hace hincapié en el
empleo de prácticas de gestión prefiriéndolas respecto al empleo de insumos
externos a la finca, teniendo en cuenta que las condiciones regionales
requerirán sistemas adaptados localmente. Esto se consigue empleando, siempre
que sea posible, métodos culturales, biológicos y mecánicos, en contraposición
al uso de materiales sintéticos, para cumplir cada función específica dentro
del sistema". (Comisión del Codex Alimentarius, 1999)
Los sistemas agrícolas
orgánicos y sus productos no siempre están certificados, éstos se denominan
"agricultura o productos orgánicos no certificados". Esta categoría
no comprende los sistemas agrícolas que por defecto no utilizan insumos sintéticos
(por ejemplo, aquellos sistemas que no llevan a cabo prácticas para enriquecer
el suelo y degradan las tierras). Se pueden discernir tres causas de la
agricultura orgánica:
- La promoción de la agricultura orgánica por el
consumidor o el mercado. Se reconocen los productos orgánicos claramente
gracias a su certificación y etiquetado. Los consumidores eligen productos
producidos, elaborados, manipulados y comercializados en una forma
específica. El consumidor, en consecuencia, influye mucho en la producción
orgánica.
- La promoción de la agricultura orgánica por
los servicios. En países como los de la Unión Europea (UE) hay subsidios
para la agricultura orgánica, a fin de que se produzcan bienes y servicios
ambientales, como reducir la contaminación de los mantos freáticos o crear
un paisaje con mayor biodiversidad.
- La promoción de la agricultura orgánica por
los agricultores. Algunos productores consideran que la agricultura
convencional no es sostenible y han creado otras modalidades de producción
para mejorar la salud de sus familias, la economía de sus fincas y su
autosuficiencia. En muchos países en desarrollo se adopta la agricultura
orgánica como método para mejorar la seguridad alimentaria del hogar o
para reducir los gastos en insumos. Los productos no necesariamente son
para el mercado, o se venden sin distinción de precios porque no están
certificados. En los países desarrollados, los pequeños agricultores están
creando cada vez más canales directos de oferta de productos orgánicos sin
certificar a los consumidores. En los Estados Unidos, los agricultores que
comercializan pequeñas cantidades de productos orgánicos gozan formalmente
de la exención de certificación.
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