El
almendro es el segundo cultivo frutal en extensión, después del olivar, tanto a
nivel andaluz como nacional. Tradicionalmente se ha implantado bajo malas
condiciones del medio físico (orografía, clima y suelo), siendo además
cultivado en régimen de secano.
En
gran parte de la superficie cultivada estas malas condiciones son extremas,
dando lugar a un cultivo marginal cuyas producciones no superan los 150 kg/ha
de almendra grano. A pesar de la baja rentabilidad, éste cultivo suele tener
una gran relevancia económica y social, al localizarse en comarcas deprimidas y
con escasas posibilidades de alternativas.
La
baja productividad de estas plantaciones tiene un componente muy importante en
las limitaciones insalvables que suponen las malas condiciones del medio,
siendo más acusadas en el almendral marginal. Pero también hay otro componente
negativo debido al mal manejo que, con relativa frecuencia, se hace del
cultivo.
En
países de más reciente implantación del almendro, como California o Australia,
se apostó por un cultivo “intensivo”, bajo condiciones óptimas de suelo y
clima, con altas dotaciones de riego y muy tecnificado. En estas circunstancias están alcanzando unos
niveles productivos en torno a los 2.500 kg/ha de almendra grano.
En los
últimos años el cultivo del almendro en España está experimentado un cambio muy
significativo. El buen escenario del mercado
de la almendra y la
necesidad de cultivos alternativos, está propiciando el establecimiento de nuevas
plantaciones de almendro bajo buenas condiciones y, generalmente, en zonas no
tradicionales para este cultivo. La mayoría de ellas son en riego, aunque
deficitario, y los resultados que se están consiguiendo son muy esperanzadores.
Estas
nuevas plantaciones presentan unas características muy diferentes a las que se
dan en las tradicionales, siendo necesarios nuevos criterios de cultivo
adaptados a este tipo de plantaciones.
En
este contexto del cultivo del almendro
es necesario incidir en las actividades de investigación, experimentación y
transferencia (en la que se encuadra esta publicación) que permitan mejorar las
diferentes técnicas de cultivo y contribuir, así, a la viabilidad del almendral
tradicional y a la consolidación de las nuevas plantaciones en riego como una
alternativa de cultivo de alta rentabilidad.
Gran
parte de los resultados expuestos en esta obra se han obtenido en el marco del
Proyecto del IFAPA “Transforma de
Fruticultura Mediterránea”, contando con la colaboración de las OPFHs
Crisol/Arboreto y Mañan.
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