Una de
las principales causas de la reducción del rendimiento en el cultivo de maíz es
la incidencia de plagas, ya que a pesar de contar en la actualidad con mejores
prácticas de protección del cultivo, existen aún pérdidas de hasta el 31 % por
el ataque de plagas en conjunto con algunas enfermedades. Para ayudar a mitigar
esta problemática es necesario contar con el conocimiento suficiente sobre la
fenología del cultivo que permita predecir los momentos críticos de incidencia
de cada una de las plagas y con ello establecer el método de control más
efectivo que garantice el adecuado desarrollo del cultivo.
¿Para qué nos sirve conocer la fenología del maíz en el
control de plagas?
El
desarrollo fenológico del maíz se refiere al ritmo de crecimiento vegetativo y
reproductivo expresado en función de los cambios morfológicos y fisiológicos de
la planta, relacionados con el ambiente. Conocer dicho comportamiento de
desarrollo del cultivo permitirá un pronóstico de la incidencia de plagas, lo
cual se vuelve esencial al momento de planificar, estructurar y aplicar algún
programa de manejo integrado de plagas, ya que el grado de susceptibilidad del
cultivo a los daños causados por las plagas dependerá de su estado de
desarrollo.
El
conocimiento sobre la presencia de plagas de acuerdo al estado de desarrollo de
la planta, puede servirle al técnico o productor para determinar los niveles de
daño económico y concentrar los esfuerzos en monitoreo, detección y control,
más eficientes. Con lo anterior, se puede evaluar con mayor precisión el ataque
de una plaga en particular y las posibles medidas de manejo.
Incidencia de plagas en relación a la fenología del maíz
Fase
vegetativa. Esta fase inicia desde la siembra y dura hasta poco antes de que
aparezcan las estructuras reproductivas, es decir, cuando se comienza a
visualizar la espiga del maíz (flor masculina). Durante la etapa de plántula
cualquier daño al follaje o a las raíces es crítico y pone en riesgo la
supervivencia de las plántulas. En la fase vegetativa la mayor parte de la
energía se dirige a la formación de follaje; por tanto, la planta tiene cierta
tolerancia a la pérdida de follaje a causa del ataque de alguna plaga. Durante
este crecimiento vegetativo predominan plagas como trips (Frankiniella
williamsi), larvas de diabróticas (Diabrotica virgifera zeae), gusano cogollero
(Spodoptera frugiperda), gusano soldado (Spodoptera exigua), gusano trozador
(Agrotis sp.), gusano de alambre (Agriotes sp.), gallina ciega (Phyllophaga
sp., Cyclocephala sp., Diplotaxis sp., Anomala sp. y Macrodactylus sp.), picudo
(Geraeus senilis), chapulín (Sphenarium purpurascens) y araña roja (Oligonychus
mexicanus y Tetranychus sp.).
Fase
reproductiva. Inicia cuando se visualiza la espiga del maíz y termina hasta que
se tiene la madurez fisiológica del cultivo (capa negra en el punto de
inserción del grano con el olote). Durante esta etapa se presentan plagas como
el picudo, chapulín, araña roja y gusano elotero (Helicoverpa zea) (Figura 3).
La incidencia de plagas durante el crecimiento vegetativo se ve reflejada en la
fase reproductiva del maíz, llegando a causar grandes pérdidas en el potencial
de rendimiento, debido a la reducción en el abasto de fotosintatos para el
crecimiento de los granos. El ataque de gusano elotero a los granos de maíz
puede ocasionar una infección por el hongo Aspergillus flavus, el cual es
responsable de la producción de aflatoxinas, sustancias altamente cancerígenas
para el hombre.
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