Revista 'Tierra Adentro' No. 94



Nunca en la historia de la humanidad se han logrado desarrollos tan espectaculares en un lapso tan breve como los ocurridos con la interconectividad, la biotecnología y la genética, en las últimas décadas.
A principios de los años 90, INIA detectó que los marcadores moleculares podían ser aplicados a los programas existentes, para dar respuestas inmediatas en aspectos tales como determinación de la diversidad genética, identificación de clones, híbridos, progenies en cruzamientos controlados, construcción de mapas genéticos, localización de genes de importancia económica e introgresión de genes entre especies.
Gracias a la biotecnología y al desarrollo de los marcadores moleculares, podemos hoy identificar precisamente en el genoma de un cultivo aquellos genes o conjuntos de ellos que controlan características de interés agronómico y nutricional. 

La computación y la microelectrónica son  testigos de esta velocidad de cambio. Ninguna otra industria en la historia de la humanidad ha  alcanzado objetivos de mayor rendimiento y menor costo en un lapso tan reducido de tiempo. Los desafíos institucionales en materia de investigación, relacionan la necesidad de aportar conocimientos y tecnologías que fortalezcan el desarrollo sectorial con la seguridad y calidad alimentaria de la población y que, a la vez, contribuyan a mejorar la competitividad de la producción agropecuaria y forestal de manera sustentable.

INIA es la principal institución de investigación y transferencia tecnológica del país, como tal ha generado 189 variedades de las 277 generadas o introducidas en Chile desde que existe registro, que ha construido un modelo de gestión tecnológica estrechamente vinculado a la demanda y similar al de los países desarrollados. Lo anterior se traduce en el acortamiento de una fisura, antes amplia y hoy apenas distinguible en muchos casos, entre investigación básica y aplicada. La ciencia entrelaza el trabajo de campo, los servicios, el procesamiento de información y las demandas comerciales.

Se hace investigación científica vinculada al encadenamiento productivo aportando en cada uno de los eslabones, bajo una estructura de estudio, planificación y programación integral de la política agrícola, acotada y contenida en la Agenda Estratégica del Ministerio, en vista del aspecto multifuncional de la agricultura del conocimiento, sobre todo en lo que respecta a seguridad alimentaria y desarrollo sostenible. Existe consenso en que el crecimiento económico de nuestro país dependerá cada vez más de la capacidad de generar nuevas actividades productivas, de darle mayor valor agregado a las existentes y de hacer mejor y más eficientemente aquello que hemos venido haciendo por años.

Todo esto directamente relacionado con la capacidad de innovar y emprender del sector. Una mirada en mayor perspectiva debiera permitirnos ser optimistas en cuanto a que los cimientos del desarrollo alimentario de nuestra civilización globalizada son sólidos y ellos debieran ser la base a partir de la cual se enfrenten las contingencias del presente.

El mundo está preparado para producir más y mejores alimentos, en el marco de una mayor solidaridad internacional y de  un comercio mundial agrícola más libre y justo.





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