Vitis,
la vid, es un género con alrededor de 60 especies aceptadas, de las casi 800
descritas, perteneciente a la familia Vitaceae. Se distribuye predominantemente
por el hemisferio norte. Su importancia económica se debe al fruto, la uva, la
cual se utiliza tanto para consumo directo como fermentada para producir vino.
El estudio y cultivo de las vides se denomina viticultura.
Vitis
se de otros géneros de la familia en que los pétalos florales se mantienen
unidos en el ápice separándose en la base para formar una caliptra o
"gorra". Las flores son unisexuales o modificadas para funcionar como
tales, son pentámeras y con un disco hipógino. El cáliz está muy reducido o es
inexistente en la mayoría de las especies. Los capullos florales se forman al
final de la estación de crecimiento y permanecen durante el invierno para
florecer la primavera siguiente. Producen dos tipos de flores, las estériles
con largos filamentos, estambres erectos y pistilos sin desarrollar y las
fértiles con pistilos bien desarrollados y cinco estambres sin desarrollar. El
fruto es una baya ovoide y jugosa.
Cuando
crecen de forma silvestre, todas las especies del género son dioicas, sin
embargo en cultivo se seleccionan las de flor perfecta.
El
fruto de varias de las especies se utiliza comercialmente para su consumo como
uvas frescas y para la elaboración de vino.
La
especie más importante es Vitis vinifera, con tronco retorcido, llamado cepa,
vástagos nudosos y flexibles, llamados sarmiento, hojas alternas, pecioladas,
grandes y partidas en cinco lóbulos puntiagudos, llamadas pámpanos, flores
verdosas en racimos, y cuyo fruto es la uva. Originaria de Asia, se cultiva en
todas las regiones templadas. Al conjunto de vides cultivadas en un campo se le
denomina viña o viñedo.
La vid
produce las uvas, fruto con el jugo del cual se produce el vino. Por el
contrario las vides salvajes o silvestres, no cultivadas, poseen unas hojas más
ásperas, y las uvas son pequeñas y de sabor agrio.
El
cultivo de la vid para la producción del vino es una de las actividades más
antiguas de la civilización, probablemente contemporánea al comienzo de ésta.
Existen
pruebas de que los primeros cultivadores de viñas y productores de vino, se
encontraban en la región de Egipto y Asia Menor, durante el neolítico. Al mismo
tiempo que los primeros asentamientos humanos permanentes empezaron a dominar
el arte del cultivo y la cría de ganado, así como el de la producción de
cerámica.
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