El ritmo de crecimiento y desarrollo del cultivo de tomate es
controlado por factores como: genotipo, clima, riego y fertilización.
Una práctica cultural habitual que se realiza al cultivo para manipular
el crecimiento de la planta y el fruto es la poda de hojas y brotes, la
cual es obligada en variedades de tomate de crecimiento indeterminado.
La poda de hojas o deshojado, es una práctica que consiste en remover
las hojas senescentes inferiores (hojas viejas o dañadas) por debajo
del último racimo que va madurando, dejando un racimo adicional
descubierto. Con el deshojado se consigue una mejor ventilación,
uniformidad en la coloración de los frutos y mayor eficiencia en la
aplicación de agroquímicos, por lo tanto, el deshoje se debe realizar de
manera periódica, procurando no quitar más de tres hojas a la vez para
evitar un desbalance energético e hídrico que agote a la planta y
repercuta en el rendimiento del mismo.
La poda de hojas mejora la coloración de los frutos.
La poda de brotes o también llamada “desbrote”, consiste en quitar
brotes o lo que comúnmente se le conoce como “chupones” de las axilas de
las hojas. Es aconsejable eliminarlos cuando tengan alrededor de 5 cm
de longitud, de tal manera que las cicatrices sean pequeñas y se reduzca
el riesgo de enfermedades. El número de podas de brotes dependerá del
estado de desarrollo de la planta, en general se recomienda desbrotar
dos veces por semana cuando la planta se encuentre en estado vegetativo y
una vez cuando se encuentre en estado reproductivo.
La poda de brotes y hojas debe ser limpia a ras de tallo para evitar
el ataque de enfermedades como Botrytis. Existen dos métodos para llevar
a cabo estas prácticas: el mecánico, que consiste en emplear tijeras
desinfectadas (con yodo, permanganato de potasio, hipoclorito de sodio o
sales cuaternarias de amonio) para evitar el ataque de patógenos; y el
método manual, donde se da un tirón hacia arriba aprovechando el punto
de unión entre tallo y hoja.
Tanto la poda de brotes como la de hojas deben realizarse
oportunamente, ya que, por ejemplo: en el primer caso se ha encontrado
que a medida que incrementa el tamaño del brote el rendimiento se ve
reducido, esto debido a que los brotes muestran un mayor vigor por
cuestiones hormonales, ocasionando que gran parte de los nutrimentos
vayan hacia ellos y no al fruto.
La poda de brotes consiste en quitar los “chupones”, que son brotes axilares. Se recomienda eliminar brotes de 5 cm de longitud.
Se ha encontrado que estas prácticas afectan la distribución del
floema, tejido encargado del transporte de los azúcares (materia prima
para realizar las funciones metabólicas de la planta) que van hacia
frutos y hojas. Basados en lo anterior, se ha descubierto que entre más
temprana sea la etapa de poda en la planta, se favorece una mayor
distribución del floema hacia los frutos, con lo cual existe una mayor
acumulación de azúcares, agua y materia seca. Es entonces bajo este
principio fisiológico que recae el fundamento de realizar podas,
mejorando con ello la productividad del cultivo.
Fuente: http://agriculturers.com/se-realiza-la-poda-tomate/
Fuentes consultadas: Castellanos, J. Z. 2009. Manual de Producción de Tomate en Invernadero. Editorial INTAGRI. México. 369 p.
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